Qué es el estrés: causas, síntomas y formas de controlarlo

El estrés es una respuesta física y mental provocada por diferentes causas, tanto positivas como negativas.
Se manifiesta a través de síntomas físicos, como dolores de cabeza y alteraciones del sueño, y emocionales, como irritabilidad y ansiedad.
Existen diversos tipos, como el agudo y el crónico, y es importante reconocer sus signos.
Para controlarlo, se pueden utilizar técnicas de relajación, adoptar hábitos saludables y buscar apoyo social.
En este artículo exploraremos en detalle qué es y cómo manejarlo.
¿Qué es el estrés?
Es un fenómeno que afecta tanto a nivel físico como mental, y es desencadenado por diversos factores.
Comprender qué es el estrés implica entender su definición y concepto, las causas subyacentes que lo desencadenan y la respuesta que provoca en nuestro organismo.
Definición y concepto del estrés
El estrés se define como una respuesta del organismo frente a un estímulo, ya sea externo o interno.
Es una sensación de tensión y presión emocional que puede ser originada por situaciones positivas o negativas.

El estrés es una reacción natural que nos permite adaptarnos y responder a los desafíos y peligros de la vida cotidiana.
Causas del estrés
Las causas del estrés pueden variar ampliamente de una persona a otra.
Factores como el trabajo, los problemas familiares, los cambios en la vida, la presión social y los desafíos diarios pueden desencadenar el estrés.
Además, las creencias personales, las expectativas y la forma en que enfrentamos los problemas influyen en nuestra predisposición al estrés.
Respuesta física y mental al estrés
El estrés desencadena una respuesta tanto física como mental en nuestro organismo.
A nivel físico, puede manifestarse a través de síntomas como dolores de cabeza, tensión muscular, problemas digestivos y falta de energía.
A nivel mental, puede generar irritabilidad, ansiedad, tristeza y dificultades para concentrarse.
Estos síntomas son una señal de que nuestro cuerpo está reaccionando al estrés y buscando adaptarse a la situación.

Síntomas de estrés
Puede manifestarse a través de diferentes síntomas físicos y emocionales.
El cuerpo responde al estrés liberando hormonas del estrés, lo cual tiene un impacto en varias partes del organismo.
A continuación, se detallan los síntomas más comunes asociados:
Síntomas físicos
Los síntomas físicos del estrés pueden variar de una persona a otra, pero algunos de los más frecuentes incluyen:
- Dolores de cabeza
- Dolores musculares y tensión
- Problemas gastrointestinales, como dolor de estómago o diarrea
- Pérdida o aumento de peso sin motivo aparente
- Problemas para conciliar o mantener el sueño
- Fatiga y falta de energía
Síntomas emocionales
El estrés también puede afectar el estado emocional y mental de una persona. Algunos de los síntomas emocionales asociados pueden ser:
- Irritabilidad y cambios de humor frecuentes
- Ansiedad y nerviosismo
- Tristeza o sensación de estar abrumado
- Dificultad para concentrarse o tomar decisiones
- Sentimientos de frustración o enojo
Reconociendo los signos del estrés
Es importante aprender a reconocer los signos de estrés para poder hacer frente a él de manera adecuada. Algunas señales adicionales que pueden indicar se presencia son:
- Palpitaciones o frecuencia cardíaca acelerada
- Sudoración excesiva
- Respiración rápida o dificultad para respirar
- Problemas de memoria o dificultad para concentrarse
- Cambios en el apetito, como comer en exceso o perder el apetito
Si experimentas alguno de estos síntomas o crees que estás lidiando con altos niveles de estrés, es recomendable buscar formas de gestionarlo y encontrar apoyo tanto de profesionales de la salud como de familiares y amigos cercanos.
Tipos de estrés
El estrés puede manifestarse de diferentes formas, dependiendo de su duración y origen. A continuación, examinaremos los diferentes tipos de estrés:
Estrés agudo
El estrés agudo es una respuesta inmediata y breve ante una situación estresante.

Puede ser desencadenado por eventos repentinos, como un accidente o una discusión intensa.
Los síntomas del estrés agudo suelen disminuir una vez que la situación estresante ha pasado y no suele dejar secuelas duraderas.
Estrés crónico
El estrés crónico se produce cuando se prolonga durante un período prolongado de tiempo, sin una adecuada gestión o alivio.
Puede estar relacionado con factores como problemas laborales, problemas familiares o enfermedades crónicas.
Lo crónico puede tener efectos perjudiciales en la salud física y mental, aumentando el riesgo de enfermedades como la hipertensión, la diabetes y la depresión.
Estrés laboral
El estrés laboral se refiere a la tensión y presión que experimentamos en el entorno laboral.
Puede ser causado por altas demandas de trabajo, falta de control sobre las tareas, conflictos con compañeros o jefes, o inseguridad laboral.
Te sugerimos: Combatiendo la ansiedad: Estrategias para controlar el miedo y la inquietud
El estrés laboral puede afectar negativamente la salud y el bienestar de los trabajadores, así como su rendimiento y satisfacción laboral.

Estrés postraumático
El estrés postraumático es una respuesta persistente y duradera a un evento traumático.
Puede ser causado por experiencias como accidentes, asaltos, desastres naturales o situaciones de guerra.
Las personas con estrés postraumático pueden experimentar recuerdos intrusivos, pesadillas, evitación de situaciones relacionadas y cambios en el estado de ánimo y la cognición.
Es importante buscar tratamiento, ya que puede interferir significativamente en la vida diaria de una persona.
Qué es bueno
Esta enfermedad puede tener un impacto significativo en nuestra salud física y mental, por lo que es importante conocer qué técnicas y hábitos pueden ayudarnos a manejarlo de manera efectiva.
A continuación, se presentan diferentes enfoques que pueden ser beneficiosos para reducir los síntomas.
Técnicas de relajación
Existen diversas técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir los niveles y promover el bienestar. Algunas de ellas son:
- Respiración profunda: Practicar técnicas de respiración profunda puede ayudarnos a calmar la mente y relajar el cuerpo. Consiste en inhalar lenta y profundamente por la nariz, retener el aire por unos segundos y luego exhalar suavemente por la boca.
- Meditación: La meditación es una práctica que nos permite enfocar la atención en el presente, reducir los pensamientos negativos y promover la relajación. Puede ser realizada a través de diferentes técnicas como la meditación guiada o la atención plena.
- Yoga: El yoga combina posturas físicas, respiración y meditación, lo que lo convierte en una práctica integral para reducirlo. Además de promover la relajación, el yoga también ayuda a mejorar la flexibilidad y la fuerza física.
Hábitos saludables para combatirlo
Adoptar hábitos saludables en nuestra vida diaria puede tener un impacto positivo en la gestión de esta enfermedad. Algunas recomendaciones incluyen:

- Alimentación equilibrada: Consumir una dieta balanceada, rica en frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros puede proporcionar los nutrientes necesarios para afrontarlo de manera más efectiva.
- Ejercicio regular: La actividad física regular libera endorfinas, las cuales son conocidas como las hormonas de la felicidad. Realizar ejercicio de forma regular puede ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, además de mejorar la salud en general.
- Descanso adecuado: Dormir lo suficiente y mantener una rutina de sueño estable puede contribuir a reducir los niveles y promover una mayor sensación de bienestar físico y mental.
Contar con apoyo social es fundamental para enfrentarlo de manera saludable. Algunas formas de buscar apoyo incluyen:
- Amigos y familiares: Compartir nuestros pensamientos y preocupaciones con personas de confianza puede brindarnos apoyo emocional y perspectivas diferentes.
- Grupos de apoyo: Existen diversos grupos de apoyo en los que se reúnen personas que comparten experiencias similares. Participar en estos grupos puede proporcionar un espacio seguro para expresar emociones y recibir consejos prácticos.
- Profesionales de la salud mental: En casos crónicos o cuando las estrategias de manejo no son suficientes, es recomendable buscar ayuda de profesionales de la salud mental, como psicólogos o psiquiatras, quienes pueden brindar tratamiento y orientación especializada.
Si necesitas ayuda puedes conectarte a la aplicación: Me Mind del Gobierno de Yucatán